Matador de pollos. Un cuento corto como un chasquido del látigo.

En el país no había un criador de pollos mas grande que Manilo Berganza. Su granja “Manilo” abarcaba tres hectáreas. Allí crió una variedad especial, aves carnosas y muy musculosas con picos del color del granate.

Un día lo encontraron muerto frente al edificio de la administración de la granja. El fallecido estaba en un estado terrible, presentando un aspecto aterrador. Su cuerpo estaba mellado como si alguien lo hubiera pinchado en un ataque de rabia con un objeto metálico afilado.

El comisario Carlos de la policía sólo dijo:

– Es una historia de terror con la que soñaré por muchos años.

Una investigación reveló que Manilo había sido picoteado por pollos. La jaula más grande estaba abierta, todos los pollos se habían escapado. Era una variedad especial de combate. Sobre la jaula había un cartel que decía “Pollos asesinos”. Un empleado de la empresa testificó que Manilo les daba drogas. Los preparaba para las peleas de gallos, que convertía en una enorme industria de juego.

– “Estos son los pollos que lo picotearon”, decidió el comisario de policía a cargo de la investigacion. – Debemos encontrarlos y aniquilarlos. Son agresivos.

Los hechos han sido confirmados. Los pollos eran verdaderos asesinos. Las gallinas no estaban muy por detrás de los gallos. Todos los individuos, sin excepción, incluso atacaron a los pavos y lucharon contra ellos con éxito. El día de la fuga masiva de los pollos, la gente encontro en el bosque detrás de la granja, un halcón malherido, moribundo por la pérdida de sangre, y algunas plumas del ala del ganador del combate. Era un pollo de una granja de Manilo.

Sólo la mitad de los pollos fueron encontrados y capturados. Todos eran sometidos a pruebas genéticas. Fueron alterados genéticamente.

– Manilo era un pícaro, todo lo que hacía era ilegal. Él mismo provocó su destino – el comisario Carlos no ocultó su ira.

Los pollos fueron enviados al matadero. Reunidos en un lugar, se comportaron como locos. Un psicólogo de animales interpretó sus gritos como un equivalente de “¡Maten al asesino de pollos!”.

El día antes de la matanza, los pollos lograron escapar. Se dispersaron por bosques, páramos y campos. Los rastros de ellos han desaparecido.

– Probablemente fueron capturados para las peleas de gallos, asesinados por zorros y lobos o por cazadores durante la temporada – comentó el comisario Carlos.

De Manilo Berganza quedaron solamente algunos recuerdos, una foto angustiosa y la leyenda del asesino de pollos.

– La fama se debe más a los gallos que al dueño de la granja. Ellos fueron los verdaderos asesinos” – escribió el autor de la popularísima “Biografía oscura de Manilo Berganza”.

Michael Tequila, escritor polaco
Gdansk, 23 enero 2022
www.MichaelTequila.com 

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